viernes, 29 de abril de 2011

El paraíso .

Si nos portamos bien, está prometido, veremos todos las mismas imágenes y escucharemos los mismos sonidos y vestiremos las mismas ropas y comeremos las mismas hamburguesas y estaremos solos en la misma soledad dentro de casas iguales en barrios iguales donde respiraremos la misma basura y serviremos a nuestros automóviles con la misma devoción y responderemos a las ordenes de las mismas máquinas en un mundo que será maravilloso para todo lo que no tenga ni piernas ni patas ni alas ni raíces.
Eduardo Galeano

Huyes de mi.

Poesía , yo que me entrego a ti
Fiel a tus sentimientos
No me permites encontrar las palabras.
Se me van como el calor en invierno
Como el amor en verano
Como la decencia en aquellos lados.

Poesía , me tienes quieta
Sin poder tomar un lápiz
Sin poder tomar una hoja
Por no encontrar las palabras...
Creo que se han extraviado
Anoche , junto contigo.

Doy vueltas , corro sin lugar donde ir
Ya que no pertenezco a ningún sitio,
¿Que paso con las palabras?
 Simplemente huyeron
Se escurrieron de mis manos
Se encarcelaron en mi pecho
Formando un nudo
Esperando a ser desatado.

¡Palabras!... te digo no tapes tu boca
¡Palabras!... te condeno dejarme denunciar
Palabras, palabras... te vas , como suelen todos.

sábado, 2 de abril de 2011

No quiero desenterrar mis muertos

En el fuerte suspenso del día, me enrabio conmigo misma con esa mirada que se devuelve…

Me mantengo firme en esta cuerda, decidida a pasearme con mi orgullo y mi esencia…
Las miradas me sofocan, la presencia es petulante… ¿Pero yo puedo ser más fuerte? Espero que sea así.

Conforme con el sentimiento de recibir, me paseo con un aparato en mis oídos, pensando que ese sonido de rebeldía me lleve a un destino, mejor dicho, al infierno mismo.

La lluvia para en el momento que me refugian los manantiales, en el momento que corto la cascada de confusión que cae por mi cabeza, la corto, literalmente, es un sentimiento de rabia que para en el momento que siento los filos y así aparecen las nubes posando para la foto.

Mirando el cielo, todos juntos, como una linda familia… sus palabras, sus gestos de buena compostura, todas esas cosas me alejan de el… pero no puedo evitar admirar su superficialidad.

El infierno interno es más real de lo que pueden mostrar los cristales y un leve sentimiento de desenterrar mis muertos se hace presente y me confunde.

Hasta el momento desentierro los recuerdos , esos que me hacen pensar que el papel ha sido mi fiel amigo.